Gobiernos Totalitarios
El fascismo italiano (Benito Mussolini)
El triunfo del fascismo en Italia
se debió a la situación de posguerra (paro, inflación, deuda exterior) y a la
frustración nacionalista italiana que esperaba haber llevado a cabo una extensión
territorial.
Estos grupos de “insatisfechos” se organizaron en fasci di combattimiento, también conocidos como camisas negras, dirigidos por un antiguo militar socialista, Benito Mussolini. Apoyados por la burguesía y los terratenientes, temerosos de lo ocurrido en Rusia y en un intento de frenar las reivindicaciones obreras, ejercieron una presión violenta contra los sectores de izquierda (huelguistas, obreros, etc.).
En 1921, los fascios se convierten en el Partido Nacional Fascista, con el apoyo financiero de la patronal y el apoyo político de las clases medias. En octubre de 1922, los fascios organizan la Marcha sobre Roma, con el objetivo de forzar la dimisión del gobierno constitucional e imponer el de Mussolini. El jefe del gobierno pidió al rey, Víctor Manuel II, que declarase el estado de sitio para detener la marcha, pero éste se opuso a la medida. El 29 de octubre, el rey pidió a Mussolini la formación de un gobierno, con lo que el fascismo llegaba al poder en Italia.
Las denuncias en el Parlamento del diputado socialista Giacomo Matteoti sobre la violencia cometida por los fascistas precedieron a su secuestro y posterior asesinato. Todo indicó que el responsable fue el mismo Mussolini. Ya en 1925, Mussolini suprimió los partidos políticos, los sindicatos y la libertad de prensa. Centenares de miles de italianos debieron exiliarse.
La política económica del fascismo italiano se caracterizó por la autarquía y la política intervencionista del Estado, aunque en la realidad favoreció a la patronal y a los terratenientes. En política exterior, la Italia fascista firmó los Tratados de Letrán con la Santa Sede en 1929, por los que se reconocía la soberanía del Papa en el nuevo Estado del Vaticano, se compensaba económicamente a la Iglesia por la pérdida territorial y se le reconocía un papel destacado en educación. Se realizó también una política expansionista que llevaría a la invasión de Etiopía en 1935.
A mediados de los años 30, la dictadura fascista estaba asentada pero la tradicional debilidad económica de Italia no se superó; detrás de las grandes obras del régimen, se encontraba un país atrasado y de escaso desarrollo económico, limitaciones que quedarán al descubierto con la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.
Estos grupos de “insatisfechos” se organizaron en fasci di combattimiento, también conocidos como camisas negras, dirigidos por un antiguo militar socialista, Benito Mussolini. Apoyados por la burguesía y los terratenientes, temerosos de lo ocurrido en Rusia y en un intento de frenar las reivindicaciones obreras, ejercieron una presión violenta contra los sectores de izquierda (huelguistas, obreros, etc.).
En 1921, los fascios se convierten en el Partido Nacional Fascista, con el apoyo financiero de la patronal y el apoyo político de las clases medias. En octubre de 1922, los fascios organizan la Marcha sobre Roma, con el objetivo de forzar la dimisión del gobierno constitucional e imponer el de Mussolini. El jefe del gobierno pidió al rey, Víctor Manuel II, que declarase el estado de sitio para detener la marcha, pero éste se opuso a la medida. El 29 de octubre, el rey pidió a Mussolini la formación de un gobierno, con lo que el fascismo llegaba al poder en Italia.
Las denuncias en el Parlamento del diputado socialista Giacomo Matteoti sobre la violencia cometida por los fascistas precedieron a su secuestro y posterior asesinato. Todo indicó que el responsable fue el mismo Mussolini. Ya en 1925, Mussolini suprimió los partidos políticos, los sindicatos y la libertad de prensa. Centenares de miles de italianos debieron exiliarse.
La política económica del fascismo italiano se caracterizó por la autarquía y la política intervencionista del Estado, aunque en la realidad favoreció a la patronal y a los terratenientes. En política exterior, la Italia fascista firmó los Tratados de Letrán con la Santa Sede en 1929, por los que se reconocía la soberanía del Papa en el nuevo Estado del Vaticano, se compensaba económicamente a la Iglesia por la pérdida territorial y se le reconocía un papel destacado en educación. Se realizó también una política expansionista que llevaría a la invasión de Etiopía en 1935.
A mediados de los años 30, la dictadura fascista estaba asentada pero la tradicional debilidad económica de Italia no se superó; detrás de las grandes obras del régimen, se encontraba un país atrasado y de escaso desarrollo económico, limitaciones que quedarán al descubierto con la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.
El nazismo alemán (Hitler)
El
nazismo es inseparable de la figura de su dirigente, Adolf Hitler. Hijo de un
funcionario austriaco, su verdadera pasión fue la pintura. Se trasladó a Viena
con la intención de ingresar en la Academia de Bellas Artes, pero fue
suspendido en el examen de ingreso. Así mismo, participó en la Primera Guerra
Mundial, en la que resultó herido.
a) Los orígenes del nazismo. En 1919, Hitler se afilió al Partido de los Trabajadores Alemanes, que un año más tarde adoptó el nombre de Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores (NSDAP), conocido como el Partido Nazi. Se trataba de un grupo radical que empleó a las SA o “sección de asalto”, cuya dirección fue confiada a E. Röhm. Éste, junto a otros jerarcas, como Goering, Strassner y Rudolf Hess, constituyeron el núcleo del partido.
En 1923, los nazis intentaron un golpe de fuerza contra el gobierno de Baviera, que terminó en fracaso. Este intento golpista se conoce como el Putsch de Munich e hizo que Hitler fuera encarcelado. Durante este tiempo, escribió Mein Kampf, que resume sus principales ideas políticas: el nacionalismo, la derogación del Tratado de Versalles, el racismo, la superioridad de la raza aria (que debía imponerse a los pueblos “inferiores”: latinos, eslavos, gitanos y judíos), el antisemitismo, el expansionismo (conquista del espacio vital), el antiliberalismo y el odio al socialismo y al comunismo.
a) Los orígenes del nazismo. En 1919, Hitler se afilió al Partido de los Trabajadores Alemanes, que un año más tarde adoptó el nombre de Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores (NSDAP), conocido como el Partido Nazi. Se trataba de un grupo radical que empleó a las SA o “sección de asalto”, cuya dirección fue confiada a E. Röhm. Éste, junto a otros jerarcas, como Goering, Strassner y Rudolf Hess, constituyeron el núcleo del partido.
En 1923, los nazis intentaron un golpe de fuerza contra el gobierno de Baviera, que terminó en fracaso. Este intento golpista se conoce como el Putsch de Munich e hizo que Hitler fuera encarcelado. Durante este tiempo, escribió Mein Kampf, que resume sus principales ideas políticas: el nacionalismo, la derogación del Tratado de Versalles, el racismo, la superioridad de la raza aria (que debía imponerse a los pueblos “inferiores”: latinos, eslavos, gitanos y judíos), el antisemitismo, el expansionismo (conquista del espacio vital), el antiliberalismo y el odio al socialismo y al comunismo.
b) El ascenso de Hitler al poder. Tras la Primera Guerra
Mundial, la crisis de posguerra y la humillante derrota, unida a las
condiciones de la Paz de Versalles, crearon las condiciones favorables para el
desarrollo de un nacionalismo antiparlamentario y agresivo. La crisis económica
de 1929 relanzó al nacionalsocialismo. En esa fecha se produjeron numerosas
adhesiones, fundamentalmente de la pequeña burguesía (empleados, artesanos) y
campesinos arruinados por la crisis económica. Nunca logró adhesiones entre los
obreros ni la burguesía (que despreciaba al partido y a su líder), aunque
consiguió importantes apoyos económicos de los grandes industriales.
En este contexto, en las elecciones de 1932, el Partido Nazi obtiene mayoría (no absoluta) pero la negativa del presidente Hindenburg de nombrarle canciller fuerza a la celebración de unas nuevas elecciones. Tras éstas, el gabinete se forma como una coalición de partidos de centro-derecha, pues el Partido Nazi carecía de la mayoría necesaria.
En este contexto, en las elecciones de 1932, el Partido Nazi obtiene mayoría (no absoluta) pero la negativa del presidente Hindenburg de nombrarle canciller fuerza a la celebración de unas nuevas elecciones. Tras éstas, el gabinete se forma como una coalición de partidos de centro-derecha, pues el Partido Nazi carecía de la mayoría necesaria.
Poco después, se declara un incendio, claramente intencionado, en
el edificio del parlamento alemán (Reichstag) del que Hitler culpabiliza a los
sectores comunistas, por lo que mediante el, promulgó una serie de medidas de
excepción que liquidaron Decreto para la protección del pueblo y el estado la
libertad de opinión, prensa y asociación.
A partir de este momento, Hitler convierte el régimen democrático alemán en una dictadura: quedan prohibidos otros partidos, se limitan los derechos y libertades individuales y colectivas y se establece la censura. Se creó la Gestapo para controlar y eliminar a la oposición y gran parte de los intelectuales y científicos, entre ellos Einstein, debieron exiliarse.
A partir de este momento, Hitler convierte el régimen democrático alemán en una dictadura: quedan prohibidos otros partidos, se limitan los derechos y libertades individuales y colectivas y se establece la censura. Se creó la Gestapo para controlar y eliminar a la oposición y gran parte de los intelectuales y científicos, entre ellos Einstein, debieron exiliarse.
c) Política interior del régimen. Comienza por eliminar la
oposición depurando la policía, la administración y los órganos de justicia; se
disuelven todos los sindicatos y partidos y se establece el partido único.
Durante la noche de los cristales rotos, se destruyen sinagogas y se arrestan y
deportan miles de judíos. Se realiza también una purga en el seno del partido
en la noche de los cuchillos largos que afectará a la SA, lo que le granjeó la
confianza de la Wehrmacht.
En economía, se lleva a cabo una política económica orientada al rearme y a la expansión exterior. Con el fin de acabar con el paro, se puso en marcha una política de obras públicas, que creó mucho empleo. El régimen lleva cabo una línea intervencionista encaminada a la autarquía mediante el aumento de la producción nacional y la limitación de las importaciones.
d) Política exterior. El eje fundamental será la expansión exterior y el pangermanismo (unión de todos los alemanes). En octubre
En economía, se lleva a cabo una política económica orientada al rearme y a la expansión exterior. Con el fin de acabar con el paro, se puso en marcha una política de obras públicas, que creó mucho empleo. El régimen lleva cabo una línea intervencionista encaminada a la autarquía mediante el aumento de la producción nacional y la limitación de las importaciones.
d) Política exterior. El eje fundamental será la expansión exterior y el pangermanismo (unión de todos los alemanes). En octubre
de 1934, Alemania abandona la Sociedad de Naciones y
la Conferencia de Desarme, rompiendo el orden internacional establecido.
En 1935, recuperó la zona del Sarre, que permanecía controlada por la Sociedad de Naciones. En 1936, ocupa la zona de Renania, que es remilitarizada. Mediante el Pacto Antikomitern estrecha sus lazos con Japón. Así mismo, Italia y Alemania intervienen en la Guerra Civil Española en apoyo del general Franco, rebelado contra el legítimo gobierno de la II República, bajo el pretexto de apoyarlo en su lucha contra el bolchevismo.
Desde 1937, Alemania revisa las fronteras fijadas por los tratados en Europa Central, buscando la expansión alemana. Esta expansión tuvo varias fases: el Anschluss (incorporación de Austria); invasión de la región de los Sudetes (Bohemia y Moravia, bajo soberanía de Checoslovaquia) con el beneplácito de Italia, Reino Unido y Francia, plasmado en el Pacto de Munich. Finalmente, el 1 de septiembre de 1939, sin declaración previa de guerra, invadió Polonia, provocando con ello el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En 1935, recuperó la zona del Sarre, que permanecía controlada por la Sociedad de Naciones. En 1936, ocupa la zona de Renania, que es remilitarizada. Mediante el Pacto Antikomitern estrecha sus lazos con Japón. Así mismo, Italia y Alemania intervienen en la Guerra Civil Española en apoyo del general Franco, rebelado contra el legítimo gobierno de la II República, bajo el pretexto de apoyarlo en su lucha contra el bolchevismo.
Desde 1937, Alemania revisa las fronteras fijadas por los tratados en Europa Central, buscando la expansión alemana. Esta expansión tuvo varias fases: el Anschluss (incorporación de Austria); invasión de la región de los Sudetes (Bohemia y Moravia, bajo soberanía de Checoslovaquia) con el beneplácito de Italia, Reino Unido y Francia, plasmado en el Pacto de Munich. Finalmente, el 1 de septiembre de 1939, sin declaración previa de guerra, invadió Polonia, provocando con ello el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El régimen estalinista
Tras la muerte de Lenin en 1924,
una nueva figura, José Stalin, se convierte en dictador, concentrando en sus
manos todo el poder. Desde 1922, Stalin era secretario general del Partido
Comunista de la Unión Soviética (PCUS), el mismo año en que se creaba la URSS.
A la muerte de Lenin, se desató una lucha por el poder de la que Stalin salió
fortalecido y en la que rodos los opositores fueron liquidados o apartados
de los órganos de gobierno.
El estalinismo, que perduró hasta la muerte de su jerarca en 1953, se define por las siguientes características:
El estalinismo, que perduró hasta la muerte de su jerarca en 1953, se define por las siguientes características:
- Culto a la personalidad, encarnado en Lenin y la deificación de su
doctrina y, luego, en el propio Stalin.
- Rechazo del nacionalismo a favor del universalismo marxista.
- El odio hacia el fascismo, pues defiende la conquista del poder por
los obreros frente a la dictadura de una elite fascista.
- Racismo y xenofobia en el estalinismo. Stalin se mostró también
antisemita pero porque algunos de los grandes líderes de la primera época
de la revolución era de origen judío y dificultaban sus ambiciones. Así
mismo, pueblos considerados colaboracionistas con los nazis fueron
aniquilados o desplazados. La diferencia, es que no se les consideraba
inferiores, sino traidores.
- La consolidación del socialismo en la URSS. Para ello, llevó a cabo
una política de concentración del poder y la persecución de toda oposición
(purgas).
- Los planes quinquenales. Para impulsar la economía, se idearon los
planes quinquenales. Realizó la colectivización de la propiedad de la
tierra e invirtió el beneficio agrícola en el desarrollo de la industria
pesada.
La URSS se convirtió en una
gran potencia económica mundial y un amplio consenso acompañaba al régimen
estalinista. Las represiones no hicieron mella en el grueso de la población,
que valoraba el retorno al orden moral, al sentimiento patriótico, a la paz, al
desarrollo cultural y a una mejora de las condiciones de vida.
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